Pensar no nos hace mal. Debes primero establecer una visión. Es lo que ves. Lo que ves es lo que quieres construir o alcanzar en la vida. Lo que ves te dará dirección y ganarás en no apartarte del objetivo que te has trazado. Ahorrarás fuerzas, tiempo y dinero.
Las dimensiones de tu visión generarán en ti cierto sentimiento. Grande es el objetivo, grande es el pánico en muchos. No hay desafío que no puedas lograr. Evita por todos los medios entrar en pánico. El pánico te paralizará, el objetivo no se alcanzará, la línea no cruzarás.
Lo más común es suponer inmediatamente que no puedes con tan grande objetivo. No poder es una actitud mental. Decide creer que lo puedes enfrentar, cambiando para siempre tu manera de pensar. No poder es la excusa justa que encubre debilidad y pereza al por mayor.
No te organices para ser igual. Organízate para crecer. Ordena y planifica de tal modo tus prioridades que el objetivo esté en primer lugar. Anímate a hacer los cambios en tu vida decidiendo progresar. Para progresar no hace falta dinero, hace falta una decisión.
Todo objetivo incluye enfrentar problemas. No mires cuán grandes son esos problemas. Pon tu esfuerzo en determinar la manera en la que deberás resolverlos. Estás acostumbrado a pensar en problemas, por eso no sabes resolverlos. Ejercita tu mente en pensar soluciones.
Todo lo que piensas sale de ti en forma de palabras. Habla posibilidades y no imposibilidades. Construye relaciones que mañana sostendrán tu logro. No hables para quedarte solo. Habla para edificar tanto relaciones como el objetivo que persigues. No eres absoluto, eres relativo. Corre en equipo, celebra en equipo.
Rompe el círculo de la eterna teoría. Habla menos y demuestra más. El futuro se construye, los objetivos también. Tienes que poder medir lo que dices haber logrado. Busca que los resultados no menoscaben la dignidad humana. Programa tu llegada. Los que cruzan la línea pasan a la historia, con o sin dinero, son recordados y utilizados luego como legítima inspiración.
Omar Herrera , Mi papa (L)
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